Tres sentidos del término «derecho»

Cuando hablamos de «derecho», por ejemplo, en la expresión «tener tal o cual derecho», debemos distinguir tres sentidos del término. Estos sentidos pueden resumirse de la siguiente manera: (a) derecho como «bien a proteger»; (b) derecho como «libertad a resguardar»; (c) derecho como «beneficio a obtener».

(aDerecho como «bien a proteger». Si decimos, por ejemplo, que «toda persona tiene derecho a la vida», lo que queremos dar a entender es que «la vida de cada cual es un bien o, mejor, que es su principal bien y que, por tanto, en sumamente necesario protegerlo». En este primer sentido, al consagrar algo como un derecho (la vida, la propiedad, la integridad física, etc.), lo que buscamos es establecer el reconocimiento social de ese bien y garantizar su respeto. Determinamos que nadie puede apropiarse legítimamente de ese bien ni disponer de él (de mi vida, mi propiedad, mi cuerpo), porque es exclusivamente mi propiedad. Yo soy su soberano.

Aquí el Estado se presenta como el principal garante del orden instituido, gracias al cual se protegen determinados bienes; mediante sus instituciones (la justicia, la policía, etc.), el Estado asegura la vigencia del derecho a la vida, la propiedad, la integridad, etc.

(bDerecho como «libertad a resguardar». En el segundo sentido, lo que queremos enfatizar es que un derecho es una libertad, esto es, la facultad de disponer de algo tal como nos plazca. Así, cuando decimos «la persona tiene derecho a la vida» lo que queremos decir ahora no es ya tanto que la vida sea algo bueno, sino que cada uno ha de poder vivir y disponer de su existencia como mejor le parezca. Por ejemplo, que cada uno es libre de llevar el estilo de vida que se le antoje, sin que otros puedan entrometerse en tal decisión. (Sólo podrían entrometerse si tal o cual estilo de vida pusiera en riesgo el bienestar de los otros, la seguridad pública, etc.)

Aquí el Estado se presenta como el garante de un sistema de libertades grupales e individuales.

(cDerecho como «beneficio a obtener». En el tercer y último sentido, lo que se busca decir al hablar de derechos es que «algo es un beneficio, algo bueno para la persona (para que pueda vivir y vivir dignamente) y que ha de poder contar efectivamente con él». En esta categoría entran todos los así llamados «derechos sociales». Por ejemplo, cuando se habla del derecho al trabajo, lo que se quiere decir es que «tener trabajo es algo bueno y que cada persona, desde el momento que aspira a un trabajo, ha de poder ver satisfechas esas expectativas». Así, la comunidad, por medio del Estado, se compromete a proveerle una ocupación acorde a las capacidades y preferencias del individuo que reclama ese derecho. (Mientras que para el individuo estos derechos aparecen como «beneficios a obtener», para el Estado son «beneficios a conceder».)

Muchas veces, al hablar no distinguimos estas tres dimensiones de la voz «derecho». Esto, en parte, se justifica porque los tres sentidos se entrelazan unos con otros. Por caso, si hablo del derecho a la vida puedo querer decir que la vida es un bien que ha de ser protegido, que cada uno ha de poder vivir como quiera y que el Estado ha de garantizar los medios para que cada uno pueda llevar una vida digna (vivienda, educación, asistencia sanitaria, etc.).

Sin embargo, a veces prevalece uno de los sentidos que analizamos. Por caso, si me declaro partidario del derecho a la libre asociación, lo que quiero subrayar es, sobre todo, mi libertad de juntarme con quien quiera para promover pacíficamente mis intereses. Si abogo por el derecho de los animales, es porque considero que, por ejemplo, el bienestar físico de un ser vivo es un bien primordial a ser protegido.

Es posible afirmar que los derechos más básicos son los que consagran bienes a proteger, sobre todos, la vida, la propiedad, la integridad física y mental, etc. Luego vienen los derechos como libertades a salvaguardar, por ejemplo, la libertad religiosa, la libertad de conciencia, etc. Y, finalmente, aparecen los derechos sociales.

Acerca de Marcos G. Breuer

I'm a philosopher based in Athens, Greece.
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