La «ética evolutiva» y los ideales actuales

¿Existe una ética evolutiva? La respuesta a esta pregunta es no, si vamos a entender por ética evolutiva un sistema de normas y valores supuestamente derivados de la teoría de la evolución. La teoría de la evolución es una teoría científica, y de una teoría, por exitosa que sea, jamás pueden derivarse normas o valores.

Todo intento de derivar normas y valores de proposiciones que versan sobre los hechos se conoce en filosofía como falacia naturalista. Fue David Hume quien formuló por primera vez la imposibilidad de extraer un “ought” de cualquier “is”.

Ahora bien, podemos intentar abordar el tema reformulando la pregunta inicial en estos términos: “Así como hay éticas universalistas y particularistas, éticas laicas y religiosas, ¿no podemos hablar de una ética que sea lo más próxima posible a la imagen del mundo contenida en la teoría de la evolución?”

Ahora la respuesta es sí, mientras no intentemos derivar subrepticiamente normas y valores de las explicaciones científicas.

Para no quedar en estas cuestiones preliminares y abstractas, tomemos un ejemplo concreto. Un sociobiólogo puede decirnos que todos los mamíferos tienen disposiciones morales como el altruismo familiar y grupal, ya que estas conductas tienden a incrementar las chances de la reproducción exitosa. Si una leona cuida de sus crías y el león defiende la manada, las probabilidades de que esas crías crezcan y se desarrollen normalmente son mucho mayores que si la leona y el león tuvieran conductas totalmente egoístas.

Para el sociobiólogo contemporáneo, el cuerpo de un león y su conducta no son más que expresiones fenotípicas destinadas a asegurar en lo posible la transmisión exitosa de su estructura genética.

Las amebas no necesitan tener un cuerpo ni disposiciones morales, ya que han desarrollado una estrategia de reproducción exitosa en tanto organismos unicelulares. Pero todos no podemos ser como las amebas. En efecto, la evolución biológica ha sido el largo y complejo camino que ciegamente se han abierto los organismos al diferenciarse de las amebas, al buscar su nicho en un contexto general de lucha por recursos escasos.

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¿Cuáles serían los principios de una ética evolutiva? Se me ocurren los siguientes:

Primero: procura tener tantos hijos como puedas, porque ellos llevarán tus genes e incluso los transmitirán a las generaciones futuros. Si puedes tener diez hijos, tenlos; y ayuda a que cada uno de ellos tenga, a su vez, un número similar de descendientes.

Segundo: consagra todos tus esfuerzos a tu familia y a tu comunidad, que es una forma extendida de familia, porque ellos cuidarán de tus hijos y tus nietos.

Tercero: en lo posible, elimina a tus adversarios y aprópiate de sus bienes. Si no es posible, y muchas veces eso no es posible, entonces opta por la convivencia pacífica.

Cuarto: sé indiferente al sufrimiento ajeno. No ames ni odies a los extraños, porque eso es una manera de derrochar tus energías vitales, las que debes dedicar totalmente a tus hijos, a tu familia y a tu comunidad.

Dejo aquí la enumeración del decálogo posible de una ética supuestamente evolutiva. Lo único que me interesa resaltar es que no se trataría de una ética basada en el egoísmo, sino en la decendencia de cada uno. El evolucionista no debería ser ni egoísta ni altruista, en el sentido del altruismo universal. Su lema sería: “Todo para mis hijos y para los hijos de mis hijos, y para mi familia y mi comunidad, ya que yo solo no puedo dar abasto con mi misión; y con el resto de los seres de este mundo, ignorarlos, a menos que convenga explotarlos en favor propio; de lo contrario, si no es posible lo uno ni lo otro, cooperar pero lo menos posible, esto es, solo lo necesario.”

A más de algún lector le parecerá cínico lo que estoy diciendo, pero créanme que estos tratando de hacer un esfuerzo por explicitar lo que serían los principios de la ética evolucionistas sin tapujos.

¿Cuál es el talón de Aquiles de esta ética? La respuesta a esta cuestión nos lleva al inicio de esta nota, porque, al fin y al cabo, ¿cuál es la razón para adherir a la ética evolucionista? Alguien puede decir: “¡Qué me interesa el traspaso de mis genes! Yo soy feliz viendo a los otros felices, incluso cuando sean perfectos desconocidos para mí.”

Acá lo único que podría responder el ético evolutivo es que su sistema de normas y valores es más cónsono con las disposiciones comportamentales que tenemos desde el nacimiento, nada más. En cierto modo, los preceptos de la ética evolutiva serían más fáciles de realizar que los preceptos de una ética idealista, por ejemplo, ya que está más en sintonía con la “naturaleza humana”. Por ejemplo, es más fácil ser generoso con algunos y no con todos, por lo tanto, un precepto como “ama a todos, incluso a tus enemigos” sería bastante “antinatural”.

Tal vez la conclusión que podemos extraer de lo anterior sea esta: el ser humano es un ser que toma conciencia de su situación y necesita fijarse ideales que guíen su actuar, que canalicen sus energías, que orienten sus esfuerzos. No podemos vivir sin ideales. Pero ¿qué ideales elegir? Bueno, cada ética propone una serie de ideales. Lo cierto es que no podemos cambiar de ideales como cambiamos de camiseta. Nacemos dentro de comunidades que nos inculcan ciertos ideales, que nos dan objetivos y orientaciones que rápidamente se vuelven para nosotros como si fuesen cosas evidentes, dadas, naturales. No hay ideales verdaderos ni ideales falsos, pero la sociedad nos recorta el ámbito de elección de ideales posibles. Podemos volvernos burgueses o santos, pero no podemos optar por los ideales de una supuesta ética evolutiva.

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About Marcos G. Breuer

I'm a philosopher based in Athens, Greece.
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